La terapia psicoanalítica se desarrolla a partir de S. Freud quien comienza a publicar sus teorías a fines del año 1800. Desde esa fecha hasta la actualidad, el psicoanálisis ha tenido un desarrollo teórico muy amplio sostenido por autores y escuelas de psicoanálisis en diferentes países del mundo. En ese sentido, prácticamente no hay patología que el psicoanálisis no haya abordado teóricamente. Es más la elección del terapeuta el abordar algunas temáticas y no otras, ya que la teoría psicoanalítica con sus constructos teóricos ha podido abordar el espectro casi total de las patologías o dificultades psíquicas.
Hecha esta aclaración, nombraremos solo algunas de las problemáticas que suelen ser los motivos de consulta más comunes:
1. Ansiedad: Los síntomas más comunes de la ansiedad pueden variar entre las personas, pero generalmente incluyen una combinación de síntomas físicos, emocionales y conductuales. Entre los síntomas físicos podemos encontrar palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración excesiva, temblores o sacudidas, dificultad para respirar o sensación de asfixia, dolor o malestar en el pecho, mareos o sensación de desmayo, tensión muscular, problemas gastrointestinales como náuseas, diarrea o dolor de estómago. Entre los síntomas emocionales suelen aparecer sensación de nerviosismo o tensión, preocupación excesiva o constante, miedo o pánico, irritabilidad. Entre los síntomas cognitivos suele aparecer dificultad para concentrarse, sensación de mente en blanco, hipervigilancia o estar siempre en guardia. Por último entre los síntomas conductuales suelen aparecer intentos de evitar situaciones que generan ansiedad, estados que muestran agitación o inquietud, necesidad de realizar ciertos rituales o comportamientos repetitivos para reducir la ansiedad.
2. Depresión: La depresión es un desorden del estado de ánimo que se caracteriza por una serie de síntomas emocionales, físicos y conductuales que pueden afectar significativamente la vida diaria de una persona. Los síntomas más comunes de los cuadros depresivos incluyen síntomas emocionales como la tristeza persistente o sentimientos de vacío, pérdida de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban (anhedonia), sentimientos de desesperanza o pesimismo, sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos menores. Entre los síntomas cognitivos suelen encontrarse dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones, pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, o intentos de suicidio, visión negativa de uno mismo y del futuro. Entre los síntomas físicos suelen aparecer sentimientos de fatiga o falta de energía, cambios en los patrones de sueño, como insomnio o dormir demasiado (hipersomnia), cambios en el apetito o en el peso (aumento o pérdida de peso significativa) dolores y molestias físicas inexplicables, como dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos que no mejoran con tratamiento. Entre los síntomas conductuales encontramos estados de retraimiento de las actividades sociales y familiares, disminución de la capacidad para llevar a cabo las tareas diarias, en el trabajo o en la escuela, abandono de responsabilidades personales y laborales. Muchas veces también el uso aumentado de alcohol o drogas como forma de automedicación.
3. Traumas: Los traumas son de diferentes tipos e intensidad pudiendo nombrar como ejemplos las situaciones de violencia familiar, experiencias traumáticas pasadas, traumas de tipo sexual. Las situaciones traumáticas pueden desencadenar una variedad de síntomas que afectan el bienestar emocional, físico y cognitivo de una persona. Los síntomas pueden ser inmediatos o aparecer mucho después del evento traumático. Aquí se detallan los síntomas más comunes asociados con experiencias traumáticas. Entre los síntomas emocionales encontramos estados de ansiedad y miedo, sensación de tristeza o depresión, irritabilidad o ira, sentimientos de culpa o vergüenza, sensación de culpabilidad por lo sucedido, aunque no sea razonable. Entre los síntomas cognitivos síntomas cognitivos, suelen aparecer flashbacks o revivencias intensas y vívidas del evento traumático como si estuviera ocurriendo nuevamente, pesadillas, dificultad para concentrarse, pensamientos intrusivos, recuerdos no deseados y recurrentes del evento. Entre los síntomas físicos tensión muscular, fatiga, problemas de sueño, dolores y molestias como pueden ser dolores de cabeza, estomacales u otros dolores físicos sin causa médica evidente, respuesta de sobresalto exagerada en forma de reacción física intensa a estímulos inesperados o ruidos fuertes. Entre los síntomas conductuales solemos encontrar evitación de lugares, personas o actividades que recuerden el trauma, el aislamiento social, cambios en el apetito como pueden ser comer en exceso o falta de apetito, aumento en el consumo de alcohol o drogas, o conductas autodestructivas. Otros síntomas suelen ser la desconexión emocional como sentimientos de desapego o desconexión de la realidad y de las propias emociones, estados de hipervigilancia estando en constante estado de alerta y sentirse siempre en peligro, sensación de inutilidad.
4. Problemas de relaciones, en sus varias manifestaciones, como de pareja, familiares, laborales etc.
5. Problemas de identidad en sus varias manifestaciones como de identidad sexual, vocacional, etc.
6. Duelos y pérdidas no solo referido a los duelos típicos de pérdidas de otros significativos. Por ejemplo, un duelo puede tener que ver con perder un rol en la vida, en la esfera laboral, familiar etc. Se abordan los duelos y pérdidas en su aspecto general.
7. Problemas de autoestima o de estima de sí, lo que puede ser causa de varios desórdenes en la vida de un sujeto, pero también puede ser consecuencia de lógicas de vínculo con otros o lógicas de vínculo con sigo mismo, formas percibir el mundo etc.
8. Cuadros de tipo obsesivo que si bien suelen caracterizarse por pensamientos recurrentes e intrusivos, o por comportamientos compulsivos repetitivos, abarcan una gama más amplia de manifestaciones que muchas veces, no son tan explícitas como por ejemplo, la relación con las exigencias del otro y las propias, la rigidez en el pensamiento, los estados de excesiva distancia social etc.
9. Fobias: Los cuadros fóbicos, o fobias, son un tipo de desorden ligado a la ansiedad caracterizado por un miedo intenso y desproporcionado hacia un objeto, situación o actividad específica. Este miedo puede ser debilitante y puede interferir significativamente con la vida diaria de una persona. Los síntomas más comunes de los cuadros fóbicos incluyen síntomas emocionales, miedo extremo y persistente al enfrentarse o anticipar el objeto o situación temida, ansiedad anticipatoria, que es el miedo o la preocupación intensa antes de encontrarse con la situación o el objeto temido. Estos cuadros presentan síntomas físicos iguales que los que se presentan en los cuadros de ansiedad antes descritos. Entre los síntomas cognitivos suelen presentarse pensamientos catastróficos sobre el peligro que representa la situación o el objeto, dificultad para concentrarse o pensar con claridad cuando se está cerca del objeto o situación temida, sensación de pérdida de control. Entre los síntomas conductuales suelen aparecer evitación activa del objeto o situación temida, aislamiento social o cambios en la rutina diaria para evitar el contacto con la fuente del miedo, dependencia de otras personas para enfrentar la situación o el objeto temido. A su vez las fobias pueden clasificarse en tres tipos principales en Fobias específicas presentando miedo intenso a objetos o situaciones específicas, como alturas, animales, sangre o inyecciones, o espacios cerrados entre otras. Luego encontramos la fobia social que suele tener como síntomas el miedo intenso a situaciones sociales o de desempeño en las que la persona pueda ser observada o juzgada por otros, como hablar en público, comer en público, o interactuar con desconocidos. Por último la Agorafobia, presenta síntomas asociados como el miedo a lugares o situaciones de los que puede ser difícil o embarazoso escapar, o donde no se puede obtener ayuda si se tiene un ataque de pánico. Esto puede incluir el miedo a estar fuera de casa solo, en multitudes, o en transporte público.
En términos generales es importante tener en cuenta que la psicoterapia psicoanalítica apunta a establecer una comprensión en profundidad de la persona y sus procesos mentales. Puede ser especialmente útil para aquellas personas que desean explorar aspectos más profundos de su psique y trabajar en cambios duraderos en su vida emocional y relacional.