Si se quiere hacer una caracterización de estas etapas, se puede decir que la juventud y la adultez presentan aspectos en común. Los logros madurativos a nivel psíquico y físico se encuentran ya consolidados habiendo alcanzado estabilidad. Por otro lado, la juventud supone un camino de desarrollo y consolidación de los aspectos que están implicados en la adultez. Los mismos pueden sinterizarse en dos grandes categorías: la esfera laboral y la esfera de vínculos exogámicos o vínculos por fuera del ámbito familiar. Estos dos aspectos son los que definen lo propio de estas etapas, siendo a su vez los que suelen generar mayores dificultades. Así, los problemas vocacionales, los conflictos varios que pueden encontrarse en la construcción y sostenimiento de un lugar en lo social a nivel laboral, aparecen frecuentemente como motivos de consulta. Por otro lado, las dificultades en el vínculo con la pareja, a nivel de la sexualidad, en relación a la asunción de roles relacionados con la maternidad o paternidad, suelen ser motivos de consulta frecuentes.
La terapia psicoanalítica puede abordar una variedad de problemáticas psicológicas propias de la juventud y la adultez, incluyendo entre otras:
- Conflictos emocionales profundos: Ayuda a explorar y comprender los conflictos emocionales subyacentes, como la ansiedad, la depresión, la ira, la culpa y la vergüenza.
- Relaciones interpersonales: Explora las relaciones familiares, de pareja, laborales y sociales, ayudando a mejorar la comunicación, resolver conflictos y establecer límites saludables.
- Problemas de autoestima y autoimagen: Trabaja para mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo, abordando sentimientos de inseguridad, baja autovaloración y autocrítica excesiva.
- Patrones de comportamiento repetitivos: Analiza y aborda patrones de comportamiento o pensamiento que se repiten y causan malestar, como la procrastinación, la auto sabotaje o las relaciones disfuncionales.
- Estrés y manejo de la vida cotidiana: Proporciona herramientas para manejar el estrés, la presión laboral, los cambios de vida, la toma de decisiones y otros desafíos cotidianos de manera más efectiva.
- Duelos y pérdidas: Aborda el duelo por la pérdida de seres queridos, relaciones, empleos, salud u otras experiencias significativas, ayudando a procesar el dolor y encontrar una forma de seguir adelante.
- Exploración de la identidad: Facilita la exploración y comprensión de la identidad personal, incluyendo la orientación sexual, la identidad de género, las creencias y los valores.
- Dificultades en la relación con la esfera productiva del sujeto: Es muy común en la juventud y en la adultez que se presenten diferentes tipos de problemáticas y síntomas en relación al estudio o al trabajo, que dificultan o imposibilitan el buen ejercicio de las mismas así como el establecer buena relación con la esfera productiva de la vida.
En resumen, la terapia psicoanalítica puede ser beneficiosa para los jóvenes y adultos al proporcionar un espacio seguro para explorar y comprender los aspectos más profundos de su vida emocional, mejorar las relaciones interpersonales y encontrar formas más saludables de enfrentar los desafíos de la vida adulta.